top of page

Terminar mi página web

Foto del escritor: raquelortizartraquelortizart

Crear una página web para mostrar tu trabajo artístico es un proceso emocionante, pero también profundamente desafiante. Al principio, todo parece ser una tabla en blanco, un lienzo en el que puedes plasmar tus ideas, tus diseños, tu visión. Pero rápidamente te das cuenta de que este proceso tiene algo en común con el arte mismo: la búsqueda de la perfección.


En la creación de una página web personal, lo que más deseas es que sea un reflejo fiel de tu arte, tu estilo y tu identidad. Quieres que cada detalle, desde los colores hasta las tipografías, pase por un proceso cuidadoso y meticuloso. Al igual que en una obra de arte, buscas que todo esté en su lugar, que cada elemento esté armonizado, que cada imagen resalte en su máxima expresión. La página web, en este sentido, se convierte en una extensión de ti mismo, un espacio donde tus creaciones no solo se muestran, sino que también se viven.


En mi caso, decidí usar Wix para crear mi página web. Al principio, parecía la opción más sencilla, especialmente porque me permite diseñar y personalizar de manera flexible sin necesidad de tener grandes conocimientos de programación. Pero aquí es donde entra la paradoja: siendo estudiante de Diseño Multimedia, mi formación me empuja a buscar la perfección, a querer que mi página no solo sea funcional, sino que esté a la altura de las expectativas profesionales. Este deseo de que todo sea impecable juega un poco en mi contra, ya que, en lugar de avanzar rápidamente, me quedo atrapado revisando cada detalle, ajustando el diseño, asegurándome de que cada aspecto visual esté en su lugar. En definitiva, lo que debería ser un proceso relativamente rápido se convierte en una constante revisión y ajuste.


A pesar de mi formación, algo dentro de mí me dice que la página debe estar ya en línea, mostrar mi portafolio, mi trabajo, mis ilustraciones. Pero el deseo de perfección me hace dudar. Cada vez que doy un paso hacia publicarla de nuevo, me surge la pregunta: “¿estará lo suficientemente bien?” La urgencia de mostrarlo y el impulso de seguir ajustando se contraponen, creando una constante tensión. Quiero que todo sea perfecto, pero al mismo tiempo sé que debo dejar ir mi trabajo aunque no sea exactamente como lo imaginé en mi mente.


Mi lección: la perfección nunca llegará por completo. La página web, al igual que cualquier obra artística, puede evolucionar con el tiempo. Puede ser un espacio dinámico, que crece y cambia a medida que tú lo haces. Y aunque los estándares de diseño que he aprendido me impulsan a buscar la excelencia, también me doy cuenta de que lo que importa es compartir, conectar, y dejar que mi trabajo hable por sí mismo.


Crear tu propia página web es una tarea difícil, que pone en juego tu creatividad, tus estándares y tus emociones. Es una oportunidad para mostrar tu trabajo al mundo, pero también una lección de aceptar que, a veces, el arte no necesita ser perfecto para ser valioso. Al final, lo importante es que la página esté disponible, que los demás puedan ver lo que has estado creando, y que tu obra siga creciendo junto a ti.



 
 
 

Comments


bottom of page